Hoy vamos a explorar uno de los temas más desafiantes y vitales en nuestro viaje hacia ser una mejor versión: el quebrantamiento.
En un mundo en donde la gran mayoría de la información y el acceso a actividades que tenemos nos invita a huir de los procesos dolorosos para darnos placer o felicidad fugaz, es crucial comprender que necesitamos ser quebrantados para ser moldeados según el diseño divino de Dios.
Es aquí donde el quebrantamiento del ser humano, juega una etapa fundamental en el desarrollo de nuestras mejores versiones. Una versión que manifieste los frutos del Espiritu, tal como la paciencia, la mansedumbre, la misericordia o la benignidad.
La Tendencia a Huir del Quebrantamiento:
En esta generación, la tendencia a huir de las situaciones difíciles se ha vuelto prevalente. Ante crisis en relaciones, trabajo o iglesia, la respuesta a menudo es escapar. Es esencial aprender a permanecer y no huir cuando las cosas se tornan difíciles.
"Huir de todo dolor es la mejor manera de boicotear tu propio desarrollo, porque es bajo presión donde experimentamos el mayor crecimiento."
Salmos 34:18 y 2 Corintios 4:16-17 subrayan la cercanía de Dios a los quebrantados y cómo las tribulaciones producen un crecimiento interno.
"A veces, hay que agarrarse fuerte, aunque te duela. Porque merece la pena quedarse."
No Hay Promesa Sin Proceso:
Romper el patrón de escapar de las pruebas difíciles es esencial. Cada proceso doloroso es una oportunidad de formación, un paso necesario para convertirnos en quienes Dios anhela que seamos. Recordemos que no hay promesa sin proceso.
"La persona quebrantada no busca su propia gloria, sino la gloria de Dios en todo lo que hace."
"El quebrantamiento nos humilla ante Dios y nos enseña a depender de Su gracia."
"Una persona quebrantada es aquella que ha experimentado la fragilidad de la vida y ha encontrado su fortaleza en Dios."
"El quebrantamiento nos lleva a confiar en el proceso de transformación que Dios opera en nosotros."
Ejemplos de Transformación:
El apóstol Pedro: Después de negar a Jesús, Pedro experimentó un profundo quebrantamiento. Pero más tarde, se convirtió en uno de los líderes más valientes de la iglesia, demostrando cómo el quebrantamiento puede transformar vidas.
Corrie ten Boom: Sobreviviente del Holocausto, Corrie salió profundamente quebrantada. Sin embargo, dedicó su vida a compartir el amor y el perdón de Dios, evidenciando cómo el quebrantamiento conduce a un ministerio poderoso.
David, el rey de Israel: A pesar de momentos de quebrantamiento en su vida, como su pecado con Betsabé, David expresó su quebrantamiento y arrepentimiento en sus salmos, mostrando cómo incluso los líderes pueden experimentar debilidad y volver a Dios.
Dante Gebel: tuvo que aprender a convivir con Asperger (Autismo) "De pronto me pongo a pensar que nosotros, mi hijo y yo, no teníamos una anomalía, sino que Dios nos había regalado ese cable suelto para ver el mundo de una manera diferente, de una manera distinta, así que aprendí a mirar a los ojos con mucho esfuerzo, aprendí a mirar las emociones y aprendí a manejar las ironías, usaré unas cuantas esta noche. Aprendí a pararme en público sin nervios, así que todo lo aprendí con mucho esfuerzo”
La Necesidad del Quebrantamiento:
Versículo Clave: Salmo 51:17 - "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás, oh Dios."
"Una semilla contiene dentro de si el potencial para una gran cosecha, pero, para que ese potencial sea liberado, la cáscara exterior debe ser quebrada. No hay otra manera" Itiel Arroyo.
Y con esta metáfora es con la que llegué a entender la importancia del quebrantamiento, a fin de ser útil para Dios. Todos nosotros somos como semillas en las manos de Dios. La cuestión no es si dentro de la semilla se encuentra la vida -porque toda semilla tiene vida contenida dentro de sí-, la cuestión es si la cáscara exterior será quebrada para que la vida brote hacia fuera. Sin el quebrantamiento de la cáscara exterior, no se libera el potencial retenido en el interior. Sin quebrantamiento no hay fruto.
El valor de un espíritu quebrantado es evidente en este versículo clave. El quebrantamiento es el primer paso para permitir que el Espíritu Santo opere en nosotros.
Versículo Clave: Lucas 9:23 - "Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame."
Jesús nos llama a negarnos a nosotros mismos, permitiendo que nuestro "yo" sea quebrantado para dar paso al Espíritu Santo.
Conclusión:
Deja de huir de los procesos dolorosos: La resistencia a los momentos difíciles solo retrasa tu crecimiento. Aceptar el quebrantamiento es fundamental para llegar a ser quien Dios quiere que seas.
No hay promesa sin proceso: Las dificultades y los desafíos son esenciales para tu desarrollo espiritual. No te frustres cuando las cosas se ponen difíciles, ya que estos momentos son oportunidades para crecer.
Persevera en relaciones y desafíos: En lugar de abandonar relaciones, trabajo o comunidad cuando enfrentas problemas, aprende a quedarte y superar las dificultades. La perseverancia te ayudará a madurar y crecer.
Aprender a soltar vs. aprender a permanecer: A menudo se habla de "aprender a soltar", pero es igualmente importante aprender a permanecer en situaciones difíciles. Aferrarse a pesar del dolor puede llevar a recompensas duraderas.
Huir del dolor sabotea tu crecimiento: Evitar el quebrantamiento impide tu desarrollo. El crecimiento espiritual a menudo ocurre bajo presión y desafíos. Los procesos de quebrantamiento liberan la vida retenida.
Entender el quebrantamiento personal: Tu "yo", tu ego, debe ser quebrantado para que el Espíritu Santo pueda guiar tu vida. La lucha entre el espíritu y el ego es una parte crucial de tu crecimiento espiritual.
La crucifixión del alma y la promesa: Al igual que Jesús en la cruz, enfrentar el quebrantamiento en lugar de huir de él conduce a recompensas mayores. No anestesies el dolor, sino acepta que es necesario para alcanzar la promesa.
No importa cuán insólitas sean las circunstancias, Él está con nosotros, guiándonos, consolándonos y edificándonos.
Sigamos caminando en fe, esperanza y amor, confiando en que Dios obra de maneras asombrosas. Que Su paz y gozo inunden nuestros corazones hoy y siempre.
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